Predica realizada durante Misa Peregrinación 10 de Mayo del 2014

Hemos venido en primer lugar ha expresar gratitud.

Hemos venido a implorar y pedir por nuestras intenciones y las de los hermanos.

También hemos peregrinado a este santuario para alabar a Dios porque es bueno y nos bendice cada día.

Estamos aquí porque queremos venerar a nuestra Madre del cielo que con amor incansable de madre atiende nuestras súplicas.

Hemos venido también a pedir perdón por nuestras faltas y pecados. Estamos aquí para implorar la misericordia de Dios, Padre.

Estamos aquí para encontrarnos con los hermanos y hermanas de la Campaña de la Virgen Peregrina y así estrechar lazos fraternos y solidarios por el bien de nuestra misión común.

De esta forma queremos renovar nuestra fé en María y en la Santísima Trinidad y salir desde aquí hoy nuevamente enviados al mundo como apóstoles de Maria y de su Hijo Jesucristo.

Por esto estamos aqui hoy.

Esta vez peregrinamos en un año muy especial. Lo hacemos cuando celebramos los 100 años de Schoenstatt como familia espiritual y como movimiento al servicio de la Iglesia.

Venimos cuando celebramos 100 años de una historia de amor con Dios y con María colmada de bendiciones y de gracias.

Son 100 años de alianza de amor con la Virgen que el Padre Kentenich selló con ella dando un gran salto en la fé y confianza divina.

La peregrinación este año tiene una gracia especialísima, el Papa Francisco ha otorgado a todos los santuarios de Schoenstatt en el mundo la gracia de la indulgencia plenario a todos los que acuden con fé a estos mismos. Aqui en Homestead por la gracia de Dios tenemos uno. Que honor y que alegría por este gratuito privilegio de purificar nuestras almas y las de los demás por las cuales la ofrecemos.

Como todos los años nuestra peregrinación anual esta asociada al popular «día de la madre».

No nos equivocamos al decir que hoy hemos venido también a saludar a la Madre de todos. Hoy es un anticipo cariñoso del día de la madre en el queremos honrar en Maria a todas las madres, a todas nuestras madres, aqui presentes y ausentes, tambien a las madres ya fallecidas y que gozan el merecido descanso eterno. Saludamos y deseamos muchas bendiciones a todas las madres del mundo.

Así sea.