En el Santuario estamos congregados:
allí nuestros corazones
arden en amor por la Madre tres veces Admirable,
que por nosotros quiere construir tu Reino.
Animados por el Espíritu Santo,
nos ponemos de rodillas,
y con júbilo alabamos a Cristo,
quien, con Ella, nos envía como instrumentos,
para dar a los pueblos un nuevo destino.
No hay comentarios todavía... ¡Sé el primero en dejar uno!